Tratos fallidos

Por La Abeja Maya

Universitarios del mundo en general y de Sacalamanga en particular, tengo que daros una trágica noticia. No, no preocuparse, el decano Bownman sigue tan disponible como siempre, yo vengo a hablaros una ruptura parejil, claro que si les preguntáis a ellos insistirán una y otra vez en que ni han sido, ni son ni serán pareja, aunque el resto del mundo opine lo contrario.

Pero vayamos por partes, como diría Jack el Destripador. Todos habéis visto/conocéis/habéis sufrido a Bernardette Heathcliff, alias el Terror de Sacalamanga. Su expediente de relaciones amorosas dejaría temblando al de muchos Kappa Taus, aunque hablar de relaciones es pasarse tres pueblos, y de lo de “amorosas” mejor no comento. Pero una pareja es cosa de dos, y todos sabemos bien quién es Matthew Crawford, ¿verdad chicas? No seáis tímidas y levantad la mano, pillinas.

Pues bien, el curriculum de Matthew no tiene nada que envidiar al de nuestra Bernie, y como dice el refrán, dos almas con tanto en común tenían que atraerse por fuerza, y como los refranes siempre aciertan, los tortolitos se vieron arrojados uno en brazos del otro. Eso si, como ambos tienen alergia a la palabra pareja, después de mucha discusión, muchas aventuras pasajeras y muchos, muchos reencuentros, encontraron la solución al problema: el Trato. ¿Que eso qué es? Muy sencillo, ellos no salían juntos técnicamente hablando, pero tampoco podían picotear fuera del tiesto. Vamos, lo que comúnmente se llama pareja, para que darles más vueltas. Y contra todo pronóstico, el trato funcionó… durante un tiempo, ya que dado sus antecedentes, la cosa no podía durar mucho, ¿o es que alguien dudaba que uno, o los dos, mandaría el trato a freír cinijis en cuanto se presentara la ocasión? Pues seguid, seguid leyendo.

Resulta que Bernie cometió el craso error de creer que Matthew estaba atado y bien atado, y se ausentó durante un tiempecillo, al mismo tiempo que pululaba por allí nuestra querida Taylor, antigua “amiga” de Matthew. Recapitulemos: tenemos a B fuera, y a M y a T juntos, entre los cuales seguían saltando chispas y lo que no eran chispas. Para el desarrollo del drama sólo nos faltaba un escenario, que no fue otro que las duchas de la piscina municipal, cuya agua, como todos sabemos, contiene afrodisiacos en cantidades ingentes. Agradezco al socorrista aburrido de turno que fue testigo de todo todito lo que ocurrió en esas duchas que se tomara la molestia de informarme, y que fue despedido poco después por pervertido :D

Y ahora que el trato estaba roto, ¿qué diríais que hizo Matt? No, no se calló como una tumba, ni se lo contó a su mejor amigo, ni escribió una carta anónima que luego quemó, no. Debe de ser que además de afrodisiacos el agua llevaba altas cantidades de suero de la verdad, porque salió corriendo a contarle su hazaña a Bernardette. Igual le dio un ataque de locura transitoria y pensó que ella le daría una palmadita en el hombro y le felicitaría y tal. No, lo que le dio fue un puñetazo de esos que te vuelven la cabeza del revés (ay Bernie, que te nos vuelves blanda con la edad) y tras echarse mutuamente la culpa, cada tortolito se fue por su lado. ¿Qué ocurrirá ahora con nuestra no-pareja? ¿Habrá reconciliación a la vista? ¿Funeral? ¿Firmarán Taylor y Matt un nuevo Trato? ¿Acabará Bernarda de monja? Quién sabe. Vosotros enviad un sms al 4474 con vuestra opción favorita, los beneficios recaudados se destinarán íntegramente a mi bolsillo, que ando mal de fondos.

Atentamente,
La abeja Maya